viernes, 27 de abril de 2012

Vas por buen camino: los cairn o hitos en el mundo.


"Me gusta analizar la caminata como una forma de resistencia: es ponerse por encima de esa pesadez que concierne al cuerpo hoy."

  "Todo el sabor del mundo pasa por el cuerpo, y si perdemos el cuerpo perdemos todo el sabor del mundo". 

David Le Breton, antropólogo.

En la mitología de la antigua Grecia, Hermes era el dios de los viajes por tierra. Según una leyenda, Hermes fue llevado a juicio por Hera por el asesinato de su criado favorito, el monstruo Argos. Todos los demás dioses actuaron como jurado, y como forma de declarar su veredicto se les dieron guijarros, y les indicaron que los tiraran a la persona que consideraban se encontraba en lo cierto, Hermes o Hera. Hermes argumentó con tanta habilidad que terminó sepultado bajo un montón de guijarros, y éste fue el primer cairn: las pilas de rocas utilizadas para marcar rutas de senderismo. Y, por lo tanto, la primera litolatría o culto religioso rendido a las piedras.

A lo largo del Círculo Polar Ártico en territorio canadiense, se encuentra una sucesión de figuras esculturales llamadas Inukshuk. Se trata de misteriosas figuras realizadas con piedras sin pulir y constituyen verdaderos monumentos para el pueblo Inuit, que les confieren un gran significado en aquellas tremendas tierras heladas: sirven para orientar y proteger al viajero que pase por alli.
El significado tradicional de la palabra inukshuk puede ser tanto “alguien ha estado aquí” como “vas por buen camino”. En cualquiera de los dos casos, llegados al punto de encontrarnos con uno de estos monumentos en la soledad ártica, lo veremos como un buen augurio.
Un inukshuk que represente la figura humana se denomina Inunnguaq.

En Italia, especialmente en los Alpes italianos, un cairn de este tipo es una ometto, u "hombrecito".

Un ovoo, en mongol “montón”, es un tipo de montículo chamán por lo general hecha de piedras o de madera. Se encuentran a menudo en la parte superior de las montañas y en los lugares altos. Sirven principalmente como lugares de culto a las montañas y al cielo y en ceremonias budistas, pero también son puntos de referencia.
Es costumbre rodear a los Ovoo tres veces hacia la derecha con el fin de tener un viaje más seguro, además se recoge una piedra del suelo y se añade a la pila. Además, uno puede dejar ofrendas en forma de dulces, dinero, leche, o vodka. Si no hay tiempo para detenerse en un ovoo, tocando la bocina al pasar será suficiente.
El ovoo más conocido es el Eej Khad, traducido literalmente como "roca madre", y es un peregrinaje sagrado para los budistas, un lugar de redención de ofrenda espiritual y buena fortuna. Khad Eej, en forma femenina, incorpora el simbolismo de la benevolencia y el cuidado de una madre. Los fieles colocan una rama de un árbol o un palo en la ovoo para convocar al espíritu Tengri, y una corbata azul “khadag”, una especie de pañuelo de seda ceremonial que simboliza el cielo abierto, el Tengger.

Un cairn (carn en irlandés, carnedd en galés, càrn en gaélico escocés) se encuentra normalmente en tierras altas, en páramos, en cumbres de montañas o cerca de cursos de agua.
Varían desde pequeños montones de piedras sueltas hasta elaboradas obras de ingeniería. En Escocia, es tradicional llevar una piedra desde el pie de la colina para colocarla en el cairn. De esta forma, los cairns se hacen cada vez más grandes. Una vieja bendición gaélica escocesa dice "Cuiridh mi clach air do chàrn", es decir, 'voy a poner una piedra en tu cairn'. 
 
Los cairns se utilizan en todo América Latina para marcar senderos, así como lugares de culto, y se conocen como pachamama, apacheta o apachita en su honor. Se encuentran comúnmente en el noroeste argentino y en Perú y Bolivia, sobre todo en la zona andina. En este último país son preferentemente de color blanco. Ante la apacheta los indios dejan sus ofrendas y piden que se aparten las desgracias (chiknis) de su camino y salud para seguir viaje. "Mandó Topa Inga Yupanqui que los yndios de tierra caliente o los yndios de la cierra fuesen a lo callente, llegasen al apachita [adoratrorio]. En ello adorasen al Pacha Camac [creador del universo] y por señal amontonasen piedra; cada qual llevase una piedra y lo echasen en ella y por señal dexasen flores o paxa torcido a lo esquierdo. Hasta oy lo hazen los yndios deste rreyno este uicio de apachita."
Felipe Guamán Poma de Ayala (1613):236.


En las zonas de la antigua Dalmacia, como Herzegovina y Krajina, se les conoce por la palabra serbia gromila.

Los milladoiros, en Galicia, son montones de piedras colocados al pie de algunos caminos o cruces de caminos. En muchos lugares existía la tradición de que cuando un caminante pasaba por un determinado lugar, debía arrojar una piedra más al montón, de modo que con el paso de los siglos, algunos milladoiros son de una altura considerable, y formados por miles y miles de piedras. Lo normal es que los milladoiros estén coronados con algún tipo de cruz y están ligada a la historia y a la cultura de Galicia gracias a la pregrinación llamada "Camino de Santiago". Se cree, entre otras cosas, que los peregrinos depositaban una pequeña piedra, traída desde su tierra de origen, para que fuera testigo de su peregrinación el día en que "las piedras hablen", es decir, en el juicio final.

En Hawái son llamados por la palabra hawaiana ahu. Un ahu (altar, en lengua nativa) es sagrado, y es también una plataforma ceremonial de la Isla de Pascua, donde se rendía culto a los ancestros. Construidas de piedras encajadas, forman la base donde luego se ubicarían los moái. Normalmente están ubicados paralelos a la costa, o en relación a orientaciones astronómicas.

En Portugal, un montículo de este tipo recibe el nombre de moledro y cada piedra del moledro es un soldado. La leyenda dice que si se toma una piedra de la pila en secreto y se pone debajo de la almohada, a la mañana siguiente un soldado aparece por un breve instante, y luego se convertirá de nuevo en la piedra y regresará a la pila. Las piedras de la moledro son soldados encantados.

Pero los mejores cairns, o hitos, o mojones, son los que no existen. Los aborígenes australianos utilizaban el canto para caminar, su canto propio y el canto propio de los otros.
Parece ser que las canciones de la creación de los antepasados se mantienen en la memoria de los aborígenes, y cuando un aborigen hereda un canto o “ensueño”, también hereda la responsabilidad de mantener la tierra en la forma en la que los Antepasados la cantaron en los primeros tiempos.

Los muchachos aborígenes, cuando llegaban a la adolescencia, se los mandaba a hacer el “Walkabout”, un paseo en solitario por el desierto australiano durante más o menos medio año. Este rito iniciático estaba estrechamente vinculado a la tierra. Los iniciados seguían antiguos “songlines” o senderos de canciones o de ensueños, y aprendían a hallar la comida, el agua y el refugio en las rocas y los árboles que sustentaron a sus ancestros. Y en dicha búsqueda alcanzaban la profunda conciencia en uno mismo que solo se logra con la soledad. Partían como niños y regresaban como hombres.

Hoy, los aborígenes Anangu luchan contra todo aquel que quiera escalar su gran hito sagrado, el Uluru, y prohíben que se fotografíen los lugares sagrados de su base, donde hay numerosas cuevas y pinturas rupestres de generaciones atrás. Esta responsabilidad forma parte del Tjukurpa, una transmisión oral a través de cantos y versos, de valores y creencias anangu clave para comprender la vida pasada, presente y futura. Y éste se expresa de manera muy real a través del paisaje, que transmite la sabiduría de los antepasados.

Como siempre, parece que lo que nos gusta es escalar sobre todas las cosas, sobrepasarlas y transgredirlas, y se nos olvidó el placer de existir que nos da el caminar, como una manera de usar todos los recursos corporales y sensoriales. La persona que camina encuentra la plenitud del sentido de su existencia, de su propio cuerpo y de lo que le rodea.

Un folleto disponible en el Centro Cultural en el parque lleva un importante mensaje de los ancianos Anangu:

Eso que estás escalando es una cosa realmente importante y sagrada… No debes subirla. No es lo real de este sitio. Lo real es escuchar todo. Escuchar y comprender todo.”

¿Por qué tendríamos que decirte que te fueras y que no escales? Para que entiendas esto… para que entiendas, te estamos informando: No escales. Y tal vez esto te ponga un poco triste. Pero de todos modos, eso es lo que tenemos que decir. Estamos obligados a decirlo. Y todos los turistas se iluminarán y dirán: “Ah, ya veo. Esta es la forma correcta. Esto es lo que corresponde. Esta es la manera correcta: Sin escalar”. 
 

Pies hechos para la tierra, de un indígena ashaninka.

Michael Grab ha dominado el arte de hacer equilibrios con piedras.


Fuentes:


viernes, 20 de abril de 2012

El deseo de un mundo mejor: movimientos revivalistas.

"Nunca dudes de que un pequeño grupo de ciudadanos reflexivos y comprometidos pueda cambiar el mundo. De hecho, es lo único que alguna vez lo ha cambiado."Margaret Mead, antropóloga.

"Movimientos de revitalización es un esfuerzo deliberado, organizado, y consciente de los miembros de una sociedad con el fin de construir una cultura más satisfactoria.
Anthony F. C. Wallace, antropólogo.

En 1917, el avistamiento de un barco cargado de tabaco y otras mercancías desató una locura, o Amok, entre los elema de las costas de Nueva Guinea. Los nativos quemaron sus propias casas y destruyeron sus campos, mataron sus cerdos y se sentaron en las playas varios días esperando la llegada del barco con los espíritus de sus antepasados que les iban a traer alimento. La espera incluyó sacudidas y síntomas psicosomáticos. En la lengua indígena, los participantes la llamaron "haveve del iki", o “vientre que no sabe”: vértigos, ataques de ansiedad... 
Ese movimiento de Nueva Guinea, conocido como Locura de Vailala, en cierto modo un culto del carguero, también se inscribiría en los llamados fenómenos revivalistas o de revitalización y era considerada un indicador preocupante de que la sociedad pudo derrumbarse bajo una gran presión del cambio: las tribus de muchas islas de Oceanía o del interior de Nueva Guinea, que anteriormente no habían tenido contacto con el exterior, se encontraron de pronto con visitantes maravillosos y poderosísimos, capaces de surcar las aguas, volar por el cielo a voluntad, podían curar enfermedades, portaban armas invencibles, alimentos nunca antes imaginados, eran capaces de cualquier cosa. Pero la guerra terminó y los “dioses” desaparecieron...

En Nueva Hannover, Nueva Guinea, surgió un culto en 1964 que adoraba al presidente de EEUU Lyndon B Johnson. Su líder, el profeta Bos Malik, había servido de enlace entre los nativos y los americanos por lo que se ganaba a menudo una recompensa en forma de comida y baratijas. Cuando los americanos le dijeron que abandonaban la isla se sintió bastante desconcertado y les preguntó de donde iban a sacar ahora la comida. No te preocupes, chico. Hay mucha más en el sitio de donde viene ésta. Solo tienes que hablar con Lyndon Johnson cuentan que le dijo un soldado. Con la isla bajo dominio australiano y en plenas elecciones, Malik convenció a su pueblo para que todos votaran por Johnson. Tenía madera de líder ya que también los convenció de que le pagaran a él los impuestos en lugar de a las autoridades australianas, y él se encargaría de comprar al presidente americano... Los intentos del gobierno de Australia por regular la isla y cobrar impuestos llevaron a los seguidores de Malik a protagonizar numerosas revueltas.  
 
El culto fue decayendo hasta que la llegada de los motores fuera borda, de la marca Johnson, insuflaron otra vez el culto. Ese hombre sería poderoso si podía hacer caminar por el mar las barcas tan deprisa... Parece ser que entre los papúes no contaban a efectos del culto otras máquinas como los aviones que bombardearon Vietnam del Norte en 1965, enviados por su admirado Johnson.

Otros cultos son los de la isla de Tanna, en Vanuatu y su dios Jon Frum, o la tribu de los Yaohnanen que espera otro dios que regresará para cubrirles de regalos: el Duque Felipe de Edimburgo.http://unaantropologaenlaluna.blogspot.com.es/2011/06/john-from-america-cultos-cargo.html


El más famoso de los cultos entre los indios americanos del siglo XIX fue la danza de los espíritus, o Ghost Dance. Los profetas paviotso Wodziwob y Wovoka tuvieron la visión del retorno de los antepasados fallecidos del mundo de los espíritus en un gran tren cuya llegada sería anunciada por una enorme explosión. Simultáneamente, los blancos serían barridos de la tierra, pero sus edificios, máquinas y otras posesiones permanecerían. Para acelerar la llegada de los antepasados se celebrarían danzas ceremoniales. 
Entre los sioux hubo una versión que incluía el regreso de todos los bisontes (“Matar cada búfalo que podáis. Cada búfalo es un indio menos” decía el coronel Dodge de los EEUU.) y el exterminio de los blancos. Los guerreros sioux se pusieron las camisas de la danza de los espíritus, que creían les harían invulnerables a las balas. No en vano, en lo militar contaron con Toro Sentado y Caballo Loco, quienes en 1876 y 1877 inflingieron grandes derrotas a la caballería de Estados Unidos en Wounded Knee, y de modo especial, en Little Big Horn.
Actualmente, el desarrollo y difusión de creencias y rituales centrados en el peyote, mezcal y otras drogas alucinógenas implica una noche de oración, canciones, consumo y contemplación estática seguida por un desayuno en común. Los consumidores de peyote no están interesados en que vuelva el búfalo o en hacerse invulnerables a las balas. Más bien buscan el autoconocimiento, la fuerza moral personal y la salud física.
Pero esto no indica el final de la lucha política por parte de los americanos nativos. En 1973 un grupo de indígenas guerrilleros ocupo las tierras de Wounded Knee y se resistió al ejército norteamericano. Un actual jefe de los oglala, como Alfred Red Cloud, bisnieto de Nube Roja, demandó en 2004 al cabaré parisino Crazy Horse (Caballo Loco) por uso impropio e irrespetuoso del nombre. Y en 1992, los sioux ganaron 150.000 dólares a la compañía Hornell Brewing que comercializaba una bebida de malta llamada “Original de Crazy Horse".

Durante el siglo XIX, la milenaria China Imperial sufrió una gran crisis tanto por La Primera Guerra del Opio en la que China tuvo que ceder Hong Kong a los británicos, como por la apertura de China a los países europeos en general. Este contacto demostró un gobierno ineficiente y corrupto y la poca capacidad del Emperador de China con su política de tianxia ("debajo del cielo"), que implicaba su poder de gobernar todo el mundo terrenal.
El descontento se hizo más evidente en el sur, específicamente sobre la clase pobre y rural que recayó sus esperanzas sobre un visionario carismático de la minoría hakka cuyo nombre era Hong Xiuquan. Este hombre, después de destruir sus estatuas y libros confucianistas y budistas por despecho contra el imperio, conoció a Issachar Jacox Roberts, un ministro bautista estadounidense que tenía como misión destruir todos los iconos en la región. Juntos fundaron una nueva secta iconoclasta llamada Los Adoradores de Dios, que se reorganizó en una organización militar; y con los bienes de todos los miembros (ya que la secta obligaba a todos a despojarse de bienes terrenales) obtuvieron una reserva de armas. De esta manera, movilizó a una fuerza de diez mil hombres que lograron someter a las fuerzas imperiales chinas en varios territorios. Este movimiento desencadenó el inicio formal de la Rebelión Taiping ("Gran paz"). En los territorios controlados, se estableció un régimen altamente militarizado, con cambios como la plena igualdad de sexos y clases (especialmente para entrar en el ejército de entre 2,5 y 3 millones de soldados en 1860), la abolición de la propiedad privada y... de la monogamia, aunque Xiuquan tenía nada menos que 88 concubinas.

Todos estos casos tiene en común un choque cultural brutal que dejó a muchas de aquellas gentes desorientadas y, en algunos casos, con una fuerte dependencia a los productos occidentales, no simplemente como lujos, sino como necesidades. La respuesta son los llamados movimientos de revitalización, según Anthony F. C. Wallace un esfuerzo deliberado, organizado, y consciente de los miembros de una sociedad con el fin de construir una cultura más satisfactoria.

En el libro "Vacas, cerdos, guerras y brujas", el antropólogo Marvin Harris relata cómo uno de los profetas de un culto de Nueva Guinea fue conducido a las ciudades occidentales para que viese con sus propios ojos de dónde surgían las mercancías.

"(A Yali) Le llevaron a Australia donde los australianos querían mostrarle cuál era el secreto del cargo: centrales azucareras, fábricas de cerveza, un taller de reparación de aviones, los depósitos de mercancías de los muelles. Aun cuando Yali pudo ver por sí mismo algunos aspectos del proceso de producción, también constató que no todos los que iban en coche a todas partes y vivían en grandes mansiones trabajaban en centrales azucareras y fábricas de cerveza. Pudo observar cómo hombres y mujeres trabajaban en grupos organizados, pero no logró captar los principios últimos sobre cuya base se organizaba su trabajo. 

Nada de lo que vio le ayudó a comprender 
por qué de aquella inmensa profusión de riqueza 
ni siquiera una gota llegaba a sus compatriotas."

Hoy, nosotros tampoco tenemos idea de cómo se sostiene nuestra sociedad. 
 "Todos tenemos el mismo tipo básico de mecanismos psicológicos: somos muy malos para planear a largo plazo y nos aferramos a engaños irracionales frente a una amenaza seria" afirma Ronald Writght "Veamos, por ejemplo, de qué manera permitimos que avance la exploración de petróleo y gas cuando sabemos que una económica basada en el carbón representa un suicidio para nuestros hijos y nietos" 

  "La experiencia de 500 años de expansión y colonización relativamente fáciles, de la constante toma de nuevas tierras, condujo al mito del capitalismo moderno de que es posible expandirse indefinidamente", dice Wright. "Es un mito absurdo. Vivimos en este planeta. No podemos dejarlo e irnos a otra parte. Tenemos que hacer ajustes a nuestras economías y demandas de la naturaleza dentro de los límites naturales, pero hemos tenido 500 años durante los cuales los europeos y los europeos- americanos, al igual que otros colonialistas han dominado el mundo. Este periodo de 500 años ha sido visto no solo como algo fácil sino también normal. Creemos que las cosas siempre serán más grandes y mejores. Tenemos que entender que ese largo periodo de expansión y prosperidad fue una anomalía. Algo así ha sucedido muy raramente en la historia y nunca volverá a suceder. Tenemos que hacer reajustes en la civilización a nivel integral para vivir en un mundo finito. Sin embargo, no lo estamos haciendo porque llevamos mucho bagaje, demasiadas versiones míticas de una historia deliberadamente distorsionada y un sentimiento profundamente enraizado de que ser moderno se reduce a tener más. Esto es lo que los antropólogos llaman una "patología ideológica", una creencia auto-destructiva que provoca el colapso y la destrucción de las sociedades. Estas sociedades continúan haciendo cosas realmente estúpidas porque no pueden cambiar la manera de pensar. Y en este punto nos encontramos nosotros ahora."


FUENTES:
HARRIS, Marvin 2000 – Introducción a la Antropología General. Cap. 23 – La Religión: pp. 597-638 Alianza Editorial
El vuelo del ganso salvaje. Exploraciones en la dimensión mitológica. Joseph Campbell. 
Los últimos caníbales. Jens bjerre
 http://onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1525/aa.1956.58.2.02a00040/pdf
 http://www.rebelion.org/noticia.php?id=162459

lunes, 16 de abril de 2012

Ingenieros VS antropólogos: el mercado local.

Ya somos más de 300 antropólogos lunáticos.
Gracias por vuestro interés y vuestro comentarios!! 

A modo de celebración,copio algunos párrafos sobre la importancia de la antropología de un artículo de Manuel Castells, sociólogo. ¿Qué opinais?

"Son los antropólogos, y no los ingenieros, los que pueden interpretar las pautas culturales emergentes que, además de crear mercados,tienen sentido para la gente."


¿Ingenieros o antropólogos?
MANUEL CASTELLS - 19/03/2005 – LA
VANGUARDIA



(...) la deslocalización más importante no es la de las empresas que se van, sino de las que no llegan porque toman cada vez más fuerza las alternativas de inversión en Europa del Este y, sobre todo, en China, en India, en el Sudeste Asiático y en América Latina. La globalización del sistema productivo es un proceso que se acelera y que afecta profundamente a las economías de todos los países desarrollados, empezando por Estados Unidos. (...) obliga a las empresas de todos los países a internacionalizarse y a situarse competitivamente en los mercados, tanto externos como internos. Y aquí es donde surge el problema: ¿competitivos en qué?, ¿y a partir de qué factores?

La tecnología industrial se difunde
rápidamente por todo el mundo conectado a la red de producción global. Y el conocimiento, o sea los centros de investigación y desarrollo, está también descentralizándose hacia países con ingenieros y científicos de alta calidad, como India, China, Brasil o, en Europa, Hungría, Polonia, los países bálticos y, cada vez más, Rusia. Además, la investigación funciona en redes globales, de forma que la innovación de los laboratorios universitarios o de empresas depende menos de su localización que de su conexión a las redes más innovadoras.

Pero como la innovación surge de la necesidad, la experiencia internacional muestra algunas de las respuestas en curso a la problemática de una deslocalización cada vez más perturbadora. Por un lado, hay actividades que son difícilmente deslocalizables (aunque nada es imposible en la virtualidad global), a saber, los servicios públicos: la salud, la educación, la inversión en medio ambiente, la administración, los servicios y equipamientos urbanos, las infraestructuras de transporte y telecomunicación. Invertir en servicios públicos y en bienestar social es fijar capital, crear empleo, crear demanda y proporcionar un contexto que incremente la productividad del territorio, que se repercute en la de cada empresa.

Nuestras universidades, suficientemente dotadas y orientadas, están en mejores condiciones que las de los países recién industrializados, en la producción y gestión de conocimientos que añaden valor a la producción industrial y de servicios. Ahora bien, se da por supuesto que esto se traduce en formar ingenieros y en desarrollar tecnología de base electrónica o biológica. Y resulta que en una buena parte de estas formaciones y líneas de investigación los países emergentes son perfectamente competitivos. No lo son en cambio en las ramas de ciencias sociales, tales como la antropología, la psicología, la sociología, la comunicación, la salud pública, la educación, la arquitectura (un arte social), el diseño, o las ciencias de la administración. Y se constata, desde las empresas, que conforme se globaliza el mercado y se diversifica la demanda, es esencial el diseño cultural, psicológico y social de procesos y productos. Siendo así que, cada vez más, son los consumidores los que inventan usos (como en los móviles) y crean modas (como en la confección). El diseño del coche del futuro que se está realizando en el MIT, además de incorporar nuevos combustibles, nuevos materiales y nuevos criterios ecológicos, también incluye diseños variables, con adaptación flexible a las necesidades de cada uno. La identificación de esa demanda variable, en un contexto diversificado globalmente, crea un enorme mercado para el trabajo y la investigación del conocimiento social aplicado.
 
Son los antropólogos y no los ingenieros los que pueden observar e interpretar las pautas culturales emergentes que, además de crear mercados, tienen sentido para la gente, de forma que el sistema de producción se adapte no sólo a la demanda, sino al deseo individual o colectivo.
 

miércoles, 11 de abril de 2012

Un templo a medida: las deformaciones corporales.

Mujer padaung o "jirafa" sin los anillos en el cuello.
"El cuerpo se ha liberado de las cadenas del alma, pero ha perdido la batalla en manos del mercado."
Gabriel Cocimano, periodista.

"Un parisiense se sorprende cuando le dicen que los hotentotes hacen cortar un testículo a sus hijos varones. Los hotentotes tal vez se sorprendan de que los parisinos conserven los dos."
 Voltaire, 1694.


No son pocas las culturas que, principalmente por razones de tipo estético o para simbolizar prestigio y rango social, han optado por deformar determinadas partes de su cuerpo. Se deforman los labios, los lóbulos de las orejas, los agujeros de la nariz o se alarga aparentemente el cuello; se liman los dientes, se alarga el cráneo y se reduce la medida natural de los pies. Las personas se someten a operaciones quirúrgicas para modificar la forma y el tamaño de los pechos o para corregir rasgos faciales, deformándose el cuerpo para acercarse a un modelo de belleza ideal

Para unos es vanidad, para otros un derecho de hacer lo que se desea con el cuerpo. Aun así, la frontera entre lo que se considera decisión propia o las que son impuestas por las moda o valores sociales no esta nunca clara.
Sin embargo, los criterios de lo que se puede considerar bello cambian a lo largo del tiempo y en diferentes zonas geográficas, aunque lo que no cambia es la creencia en la belleza y su relación con el erotismo y el valor social o el capital corporal: todo aquello que tiene nuestro cuerpo y es valorado de manera positiva por nuestra sociedad.


En las sociedades postindustrailes, a los niños que no muestran una pretendida “normalidad” en su dentadura les aplicamos ortodoncia. La costumbre de limarse los dientes para hacerlos más puntiagudos la encontramos en diferentes puntos del planeta, como por ejemplo entre los bagobo malayos o entre muchos grupos del África negra, como los pigmeos baka o los kangou fali en el norte de Camerún. 
Pero no todo era por belleza, los osyebas del Congo arrancaban tres incisivos de la mandíbula inferior a sus hijos y tallaban en punta esos mismos dientes de la mandíbula superior, una extraña manera para comer mejor la carne. En Bali, Indonesia, la ceremonia del limado de dientes de los adolescentes se toma como una confirmación. En Uzbekistán no hay mayor prestigio o belleza que llevar dientes de oro, e incluso se arrancan los originales para ello. 

Por su parte, los bataks de los montes de Sumatra, piensan que es mejor tener los dientes negros, porque sólo los perros los tienen blancos.
La comunidad Lu de Vietnam también los prefieren negros. Ellos creen que solo los animales salvajes y los demonios tienen dientes blancos, por lo que se aplican una pasta especial para ennegrecerlos

En la tradición de diversas culturas africanas como los khoisan, los baganda, bagishu, los venta o los makua, entre otros, las mujeres se alargan de manera considerable los labios menores de la vagina. Para conseguir este estiramiento cuando son jóvenes se hacen friegas con el jugo de determinadas plantas y se atan pequeñas piedras en forma de plomada. Entre algunos de los grupos también se alargan el clítoris.

También hay testimonio de la voluntad de algunas tradiciones culturales de deformar la nariz, aprovechando la poca solidez de los huesos de los niños. En las islas Carolinas, las madres hacían masajes durante meses a los niños para que al nariz obtuviera una forma aquilina. Los persas hacían una cosa parecida, pero mediante presión en los laterales. Los indios botocudos aplanaban los huesos de la nariz, y los antiguos hunos y kirguises realizaban la deformación mongoloide o naso parietal. Las mujeres apatani, en la India, se insertaban grandes tapones en la nariz para parecer poco atractivas a los enemigos.

Bien conocidos son los casos de la China tradicional en la que tener los pies pequeños o "pie de loto" era símbolo de riqueza, porque sólo las familias acomodadas se podían permitir el lujo de tener hijas económicamente improductivas.

Las circuncisiones a la mujer o al hombre, que constituyen un elemento importante en los ritos de muchas culturas. Son prácticas muy difíciles de erradicar debido a su íntima asociación con las culturas de los países donde se practican, nada que ver con el Islam, ya que se trata en realidad de una tradición anterior al surgimiento de esta religión, y en muchos países islámicos, la circuncisión femenina no se ha practicado nunca, afortunadamente. En cuanto a la circuncisión masculina, hay quien opina, y con razón, que también habría que tomar medidas para erradicarla, ya que se efectúa entre la población no adulta.

La castración, además de realizarse por castigo o vejación, también se ha practicado por otras razones. A los eunucos se les quitaban los testículos en Roma, Arabia, Persia, India, África y China. Los castrati, cantantes de ópera, también se sometían a esta operación para conservar una voz fina y clara de soprano, y eran muy apreciados en algunos ámbitos eclesiásticos de la Iglesia Católica. Claro que todo, o casi todo, es relativo, antes y ahora.
"Un parisiense se sorprende cuando le dicen que los hotentotes hacen cortar un testículo a sus hijos varones. Los hotentotes tal vez se sorprendan de que los parisinos conserven los dos." Voltaire, 1964.

Mención aparte merecen las llamadas "mujeres jirafas". No se sabe muy bien de donde viene la tradición de colocarles pesados anillos en el cuello a las niñas de la tribu Karen o Padaung, nacidas los miércoles de luna llena. Y tampoco su significado, aunque seguramente su único propósito sea estético. Se ha propagado mucho el mito de que una 'mujer jirafa' muere si es desposeida de los anillos, lo cual no es cierto. Si lo es, por supuesto, que el cuello de estas mujeres queda deformado por completo tras años de soportar el peso de un número creciente de anillos, lo cual hace que ellas mismas prefieran no quitárselos. Y también lo es que, ante el gran número de turistas que las visitan, ya les colocan los anillos a prácticamente todas las niñas kayan que nacen en estas aldeas, independientemente de su día de nacimiento y del ciclo de la luna en el que lo hagan.

La tragedia de las 'mujeres jirafa' es que no son solamente prisioneras de sus anillos, sino de su propia condición de refugiadas en el norte de Tailandia por el régimen dictatorial birmano, que es el país de donde provienen. No pueden volver a Birmania ni alejarse del entorno en el que habitan. De hecho, ni siquiera les esta permitido abandonar Tailandia debido al reclamo turístico que suponen. Su único medio de supervivencia es su cuello anillado, objeto de codicia para los objetivos de las cámaras de los turistas que las visitan.


Otras mujeres "jirafa" (con anillos en el cuello) son las mujeres Ndebele, de África del sur.

La práctica de deformar el craneo, o la elongación craneal, es bien antigua y extendida por los cinco continentes: China, Líbano, Tahití, India, Egipto, Rusia, Japón, etc . Pueblos arios, llamados cimerianos, también tenían esa costumbre.

Como los huesos de la cabeza son muy elásticos hasta los dos años de edad, la deformación craneal se conseguía mediante la presión con diversos medios como los vendajes, las fajas, masajes, o incluso el uso de objetos duros como moldes de madera. No explica la ciencia el porqué en todo el globo y en distintas eras, cuando no existía un contacto permanente entre continentes.

En Egipto, "la alteración artificial de los cráneos", era propia a los Faraones y a las clases altas, porque otorgaba a la persona capacidades espirituales elevadas para regir con autoridad y sapiencia los destinos de sus pueblos. También se practicaba por razones estéticas y con la creencia de que “aumenta la memoria” la deformación craneal en la Francia del siglo XVIII. Kirk Huffman, un antropólogo experto en la elongación de la cabeza, afirma que continuó hasta el siglo XIX en algunas partes de Francia, Alemania y Europa del Este. El último caso conocido fue grabado por un médico en un pueblo de montaña de Francia en 1925.
 
También se daba entre algunos grupos africanos como los mangbetu del Zaire o los dayaks de Borneo. En América, se presume que la deformación era un simple sentido de estética para los Mayas, los Olmecas, Tolstecas, y las de algunos Aztecas. Algunas tribus amazónicas e islas del Caribe y tribus de Norte América también practicaron la manipulación craneal. En 1576, durante la conquista española, se emitió la primera de muchas disposiciones que prohibían a los indígenas deformar los cráneos de sus hijos en territorio colonizado. 

Al parecer, la única constatación actual y directa consistiría en visitar la República de Vanuatu, en Oceanía, porque en algunas localidades aisladas existen melanesios que aún deforman sus cabezas. Allí persiste la creencia de que las personas con cabezas más alargadas son más inteligentes, de más elevado status y más cercanas al espíritu Ambat, de larga cabeza. Kirk Huffman, antropólogo, ha estudiado la práctica por más de 20 años en Malakula, segunda isla más grande de Vanuatu, y afirma que allí simplemente se preguntan porque otros no lo practican:

"Se considera hermoso, y porqué no, los seres humanos en todo el mundo han hecho todo tipo de cosas, sólo hay que ver los cuerpos de las mujeres blancas de hoy, que llevan tacones altos y se dan Botox."

"Recuerdo estar sentado en la capital de Vanuatu, mirando una revista de moda moderna. La gente de las islas periféricas que habían venido conmigo cogieron una de las revistas y dijeron:

-" Lo siento por ellos. " 

-“¿Por qué?” 

- “Mira, todos se están muriendo de hambre. No están siendo alimentados lo suficiente.”

Me reí y le dije: “Ellos piensan que eso es hermoso!” 

En todo caso, la cirugía plástica no es algo exótico para miles de hombres y mujeres que a lo mejor se horrorizan con los usos de los llamados salvajes. Esta práctica, y otras tantas como el body art, body building, lifting, etc. ha entrado en una sociedad que pone a la apariencia, la cara, sobre la mente, y considera eso la raíz de la felicidad. Y es la nuestra.


 “Where big heels are beaten by a long head” (Tobillos de tacones golpeados por largas cabezas), Malekula String Band y los... cabeza largas.:



Para saber más (el origen de los tatuajes y piercings que usamos en nuestra cultura):

Fuentes:
La cultura del cuerpo y Los pueblos indígenas. Ferran Cabrero,Josep Martí.
Abecedario de antropologías. Luis Pancorbo.